domingo, 1 de agosto de 2010

Lo prometido es deuda...


Sacando fuerzas de pereza, que aunque sea domingo aquí se curra, después del trabajo, la plancha, si hoy tocaba…y la cena, llega la hora de relatar mis aventuras por oriente medio.

El aterrizaje fue bueno, si lo comparamos con la salida algo mas que bueno, como no podia ser de otra manera la puntualidad suiza se cumple en todo el mundo menos en Barajas, debe de haber un agujero negro o algo asi para que todos los aviones salgan tarde, por lo que es resultado fue llegar a Zurich con 5 minutos para cambiar de avion, de terminal y de todo, carreras por los pasillos empujones y la incertidumbre de la maleta, asi que una vez montado en el avion destino Dubai solo quedaban 7 horas de vuelo que se pasaron con moderada velocidad entre pelotazos de Bombay Saphire y el equipo de multimedia del avion.

Como dirian aquellos, Kiko sabe quien, al final llegar llegemos, y todavía no se porque me libre de todo tipo de control, incluido el ocular en todos sus sentidos y me fui a sellar la papela, sin saber todavía si mi maleta habia hecho el mismo viaje que yo, la estampa de la aduana es de coña, ellos con tunica blanca y trapo en la cabeza y cara de mala follá, ellas con antifaz negro, hubo suerte tocó antifaz, la tipa estaba mas ocupada en la Blackberry, autentico puntazo aquí aunque se les acaba el chollo porque les cortan el Internet, la censura, asi pase el control y me plante a ver si salia la maleta de la cinta magica, una vez mas hubo suerte y me plante cual Paco Martinez Soria a cambiar pasta, ahí se acabo la suerte, el euro no esta en su mejor momento.

El translado al hotel fue un show, primera ostia de calor: Camacho no es nadie a mi lado en ese momento, lamentable las dos tortillas que llevaba en los sobacos, eso si mono volumen del hotel, con tu toallita humeda y tu botellita de agua para pasar el impacto…

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